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Alberto Menéndez el luchador constante

El primer gijonés que ha logrado alzarse con un título nacional absoluto de judo es ingeniero, buen estudiante y no destacaba tanto cuando empezó a competir

Alberto Menéndez Rubiera (Gijón, 1992) acaba de convertirse en el quinto asturiano y primer gijonés en lograr un campeonato de España absoluto de judo. Lo hizo el pasado fin de semana de manera arrolladora culminando una temporada excepcional en la que también ha ganado las Supercopas de Barcelona e Irún y la Copa España de Valencia. Antes que él sólo José Antonio Cecchini, Óscar Fernández, David Fernández e Isabel Cortabitarte fueron capaces de ser campeones de España.

Alberto Menendez

Publicado en La Nueva España de Gijon: 8 de mayo de 2016
por Jorge Junquera

 

Un éxito que convierte a Alberto en un deportista de élite y al que los entendidos le auguran un gran futuro en este deporte, ya que todavía es muy joven. Su afición por el judo le viene de familia, no en vano su padre también es judoka, cinturón negro cuarto dan y campeón de España máster no hace mucho. Alberto y su hermano menor, Luis, que lleva una trayectoria similar, se iniciaron muy pequeños en el gimnasio Gandoy, del barrio de Cimadevilla, al que los dos hermanos llegaron con cuatro años. Su padre ya había entrenado con José Antonio Gandoy antes de que sus obligaciones laborales le obligasen a marchar fuera de Asturias. A su vuelta llevó a sus dos hijos al gimnasio que conocía y allí comenzaron su aprendizaje. Gandoy recuerda que de pequeño Alberto no destacaba en las competiciones, en las que su hermano menor lograba mejores resultados, pero también recuerda que Alberto cada año progresaba. No acababa de despuntar pero cada año era mejor a base de horas y trabajo.

Así fueron transcurriendo los años y Alberto comenzó a lograr buenas posiciones en las competiciones nacionales, todo ello sin abandonar los estudios, hasta que llegó a la Universidad con la intención de estudiar una ingeniería. Con el equipo de judo de la Universidad de Oviedo siguió compitiendo, trabajando también con Felipe Sánchez, con el que continuó su progresión. Los resultados llamaron la atención de los responsables del Valencia Club Judo, el más potente de España, que cuenta como entrenador con Salvador Gómez, que a su vez lo es del olímpico en Londres, Sugoi Uriarte, o de la que lo será en Río de Janeiro este verano, Laura Gómez. El club estaba tan interesado en hacerse con los servicios de los dos hermanos que ha becado a ambos.

David Fernández, otro de los campeones nacionales asturianos y que también forma parte de este club, fue una pieza fundamental para que tanto Alberto como su hermano Luis decidieran irse a Valencia. Un paso que para Alberto no fue fácil, dado que ya había empezado en Asturias los estudios de Ingeniería Mecánica, que, tras su marcha a Valencia, continuó a distancia y ha finalizado recientemente. Alberto sigue ampliando sus estudios y en la actualidad está realizando un máster, tutelado ya por la universidad valenciana.

Los que le conocen le definen como risueño, paciente, desordenado, despistado, inteligente, buen estudiante y, sobre todo, tenaz y muy trabajador. Precisamente el trabajo constante es la clave de sus éxitos, tanto deportivos como en los estudios, ya que fueron las horas de dedicación las que hicieron que Alberto pasase de ser un joven que no lograba clasificarse para los campeonatos de España cuando era infantil o cadete a ganar en la categoría absoluta. Los estudios y los duros entrenamientos no le dejan tiempo para mucho, pero también le gusta el cine, el esquí o salir con los amigos e incluso colaborar con la ONG "Olas sin barreras" cada vez que puede. Al igual que su hermano Luis, Alberto también compite de vez en cuando en sambo, defendiendo los colores del Grupo Covadonga, aunque en esta modalidad quien destaca más es su hermano, que este mismo mes participará en el Campeonato de Europa. La cita para Alberto será el 4 de junio en la World Cup de Madrid, en la que tomará parte como componente de la selección española.

El gijonés es cinto negro segundo dan y monitor de judo. Subir de dan es algo que de momento no preocupa a Alberto, que está más centrado en la competición que en preparar los duros exámenes necesarios para conseguirlo. Tiempo habrá para lograrlo ya que esfuerzo y dedicación son sus señas de identidad. Con ellas llegó hasta aquí y a buen seguro que serán la base de su progresión en el futuro.